Hay razones distintas: miedo al rechazo, no saber poner en palabras lo que sientes, baja tolerancia a la frustración o simple inseguridad. También influyen la cultura y la educación: en algunos contextos el silencio se interpreta como autocontrol, en otros como desprecio.
Si se usa como forma de castigo, genera dudas, distancia y ansiedad en la otra persona. El mutismo prolongado suele romper puentes y empeora el conflicto en vez de solucionarlo.
Consejo extra: practica decir cosas pequeñas en situaciones de baja tensión (por ejemplo: “Me molestó cuando dijiste eso”) para ganar confianza antes de las grandes discusiones.
El silencio puede proteger o castigar. La clave es no dejar que se convierta en la norma: habla aunque tu voz tiemble, y acuerda formas seguras de volver a conectar. 😊
Suscríbete al horóscopo semanal gratuito
Acuario Aries Cáncer Capricornio Escorpio Géminis Leo Libra Piscis Sagitario Tauro Virgo
Escribo artículos para horóscopos y de autoayuda de manera profesional desde hace más de 20 años.
Reciba semanalmente en su correo electrónico el horóscopo y nuestros nuevos artículos sobre amor, familia, trabajo, sueños y más noticias. Nosotros no envíamos spam.